lunes, 30 de octubre de 2017

Mi pequeño unicornio




     Le descubrí oculto entre una manada de caballos. Era algo más pequeño que los demás, pero el brillo de su pelo hizo que me fijase en él. Me acerqué con cautela, no quería que se espantará y huyera, y cuando estuve suficientemente cerca de él me di cuenta de hasta qué punto era diferente, especial. 




     Desde aquel día sigo visitándole siempre que puedo. Me encanta subir a su grupa y notar su cuerpo bajo el mío mientras camina a paso lento por la montaña; el grácil trote que entrecorta mi voz en los trayectos cortos. Disfruto de su galope desbocado, con todos sus músculos tensos imprimiendo un ritmo frenético y haciéndome sudar para no perder el equilibrio durante esa veloz carrera que parece nunca terminar. Cuando paramos, acaricio su crin sudorosa, revuelta por la velocidad y el viento, y le otorgo todos los mimos que se merece. Noto como vuelve a la calma feliz de haberse dado cuenta a tiempo de que era distinto al resto de la manada.




     No siempre que lo intento consigo cruzar mi mirada con la suya. Es un ser mágico y, como tal, su mundo es mucho más complicado que la simple realidad. A veces miro entre la multitud de caballos y solo veo eso, caballos; pero sé que me está observando, sé que sabe que estoy ahí para cuando quiera volar sin miedo a mirar atrás.

lunes, 23 de octubre de 2017

EL "FAVOR"



     Pulsó el botón del noveno piso. Siempre que Fischetti estaba en la ciudad, ocupaba la suite de esa planta en el más lujoso de sus hoteles. Aunque casi nunca se reunían allí, la confianza que le tenía había sido suficiente para fijar hora para una cita con una simple llamada. Hacía más de una década que, siendo todavía un chaval y sin conocerse de nada, salvó el culo al italiano a base de puñetazos en un antro de mala muerte. Poco después, le propuso un negocio poco legal pero muy lucrativo.


     Por aquel entonces, llevaba un aro en la nariz, otro en la ceja derecha y dos en la oreja. Eso, unido a la chaqueta de cuero repleta de tachuelas, hizo que en el barrio comenzaran a llamarle así: "El Tachuelas”.  El Tachuelas comenzó a regentar “Las Palmeras”, un club de alterne recién abierto en la zona y que en poco tiempo pasó a ser una referencia para los amantes de este tipo de locales. Se encargaba de la seguridad del local, de las cuentas, de los sobornos necesarios y de que las chicas (había más de cincuenta que cambiaban periódicamente) cumplieran con su cometido. La mayoría eran jóvenes del Este que llegaban engañadas, pero a él le daba igual. Hacían que sus bolsillos estuviesen llenos (muy llenos) y eso era lo único que le importaba.

 
     Sintió una gota de sudor bajar por su espalda. Nunca le gustaron los espacios cerrados y cuando vio que se encontraban en el sexto piso, calculó una caída libre de más de veinte metros. Las puertas se abrieron sorprendiendo a una pareja que se besaba fuera. Entraron sonrientes, cogidos de la mano y se situaron detrás de él. Escuchaba susurros cómplices y risitas ahogadas. 


     Al continuar con la subida, recordó como todo cambió con la llegada de Jelena. Nunca se había implicado sentimentalmente con ninguna de las chicas; claro que había tenido sexo con muchas, pero nunca había ido más allá hasta que esa melena rubia bajó de la furgoneta. Le costó ganarse su confianza, al fin y al cabo, ella se sentía una esclava y él era su carcelero, pero poco a poco fueron intimando. Se las arregló para que no la trasladasen y, aunque no dejó de trabajar, tuvieron sexo sin coacciones, cuando ella lo decidió. Cada vez la necesitaba más cerca. Intentaba no pasear por el interior del club cuando ella estaba “de servicio” porque los celos le comían. Era su trabajo, pero así era imposible tener el tipo de relación con la que él soñaba. Tenía que hacer algo para cambiar su vida y vivirla con ella.


     La pareja se bajó  en la octava planta. Disfrutarían de una romántica cena en la terraza con mejores vistas de la ciudad. No pudo evitar sentir un pinchazo de envidia al pensar que hasta hoy, ellos nunca habían podido pasar ese tipo de veladas. Por mucho que El Tachuelas fuera la mano derecha del jefe, las chicas tenían terminantemente prohibida la salida.


     Se abrió el ascensor. Novena planta. Se miró al espejo y se vio repleto de confianza; el Tachuelas había dado paso a Raul. Había cambiado la cazadora de cuero por trajes italianos hechos a medida y las peleas, antes habituales, por razonamientos para evitar llegar a las manos. Bajo la americana, apenas se apreciaba el bulto de la cartuchera que llevaba en el costado. Nunca le había pedido ningún favor a Fischetti, pero sabía que, a pesar de ser el primero, la libertad de Jelena también sería lo último que le pediría…

miércoles, 18 de octubre de 2017

EL DESEO



  “Que todo vuelva a ser como antes”. No se cumplió cuando lo deseé al comerme las uvas de fin de año, pero eso no impedía que mientras cerraba los ojos y soplaba las velas, volviera a pedir el mismo deseo. Muy a mi pesar, al abrirlos comprobé que el resultado era el mismo: tú no estabas a mi lado.                    

miércoles, 11 de octubre de 2017

GRACIAS AMIGO




LUNES

     El dolor de cabeza sigue en aumento y el estómago no termina de asentarse. Desde que ayer se fueron mis hijos, solo he salido de la cama para vomitar primero la comida y luego amarga bilis y el poco líquido que me he visto capaz de ingerir. Cada vez que he corrido al lavabo, Barri me ha observado desde la puerta con semblante tristón y el  rabo entre las piernas.


MARTES

     No me encuentro mucho mejor, pero por lo menos las náuseas están remitiendo. Noto peso en las piernas y veo a mi fiel compañero acurrucado en la parte baja del colchón con la cabeza apoyada sobre mí. No puedo evitar una sonrisa al sentir sus mimos.


MIÉRCOLES

     Parece que el dolor de cabeza empieza a desaparecer. Sigo tumbado en la habitación con la luz apagada y solo me atrevo con algo de agua y pequeños sorbos de bebida isotónica  (en algún sitio escuché que son buenas para evitar la deshidratación). Al descolgar un brazo por un lateral de la cama, una lengua áspera me saca de mis divagaciones. Le acaricio la nuca y él se acomoda para que llegue con mayor facilidad.


JUEVES

     Me levanto tambaleante pero mejor. Al llegar a la cocina para prepararme una sopa de arroz reparo en que tanto el plato de comida de Barri como el cuenco del que bebe agua están vacíos. El plato suelo llenárselo cada dos días y el agua a diario. No recuerdo haberlo hecho desde el domingo, pero en ningún momento se ha quejado. Roza su lomo contra mí mirándome  agradecido mientras vierto agua en el cuenco.



VIERNES 

     No tengo mucho apetito, pero me fuerzo a desayunar. Mientras caliento el agua para una infusión cojo un frisbi rojo, regalo de mis hijos a Barri por su decimosexto aniversario, toda una vida juntos. Sin duda es mucho más que un perro. Al verme con él en la mano levanta las orejas y empieza a mover el rabo de lado a lado. Estoy cansado, pero hoy saldremos un rato a jugar, te lo has ganado. Gracias amigo.

jueves, 5 de octubre de 2017

5 DIAS , 5 MICRO-RELATOS

            Bueno, pues como os expliqué en facebook comienza el juego. Aquí iré colgando relatos numerados del uno al cinco hasta el Martes de la semana que viene; uno diario dejando el domingo para que descanséis de mí. Desde hoy y hasta el día 15 podéis hacerme llegar títulos para ellos y durante la semana siguiente los números serán sustituidos por el título que más me guste (está vez seré juez único). Como recompensa por aguantarme y colaborar, el autor de cada título tendrá una cervecita pagada la próxima vez que nos veamos (cerveza, refresco, café.... mientras no pidáis cosas raras se puede negociar). Encontrarme con algunos de vosotros tal vez no sea fácil, así que el premio no tiene fecha de caducidad.


           Sin más, os dejo con los micros. ¡Feliz lectura!





Y EL UNIVERSO ENTERO


Llevábamos poco tiempo juntos cuando llegó su cumpleaños. Nervioso, después de la cena, le entregué mi regalo. Lo abrió impaciente y su ilusión se desvaneció al ver una pequeña bola del mundo que se iluminaba. 

-Muy bonito cariño, pero sabes que no necesito ninguna lámpara. 

En el coche de vuelta no dejaba de darle vueltas a la cabeza: si el mundo entero no es suficiente para ella; la próxima vez tendré que encontrar un modo de bajarle la luna.




VIA DE ESCAPE



                Sintió alivio a medida que el líquido caliente que salía del grifo llenaba la bañera cubriendo su cuerpo desnudo. Su vida era una mierda, una auténtica mierda, pero por primera vez se sentía liberado. No podía dejar de sonreír mientras veía su sangre tiñendo el agua de color rojo.




CAMINO A LA ETERNIDAD



          Subir la cuesta del cementerio siempre se me había hecho duro. Son apenas trescientos metros pero las ganas de que terminase el entierro y volver a la normalidad provocaba que hiciese el trayecto a paso ligero. Esta vez es distinto. No sé si es por ver a tanta gente querida  a mi alrededor o por saber que es la última vez que lo hago; pero quisiera que el paseo entre los cipreses no terminase nunca.
 


DONDE HABITA LA INOCENCIA



                No entendía nada: el lobo se comía a la abuelita, pero el cazador la sacaba cuando estaba dormido y la cambiaba por rocas sin que este se enterase. ¡Pero si yo me despierto en cuanto me tocan!

-¿Te ha gustado, cariño?

                Al ver la cara de felicidad de mi abuela, solo pude aplaudir y pedirle que me contara otro cuento.
 



LA MANO QUE VI LLEGAR





                Mi objetivo estaba cerca, pero sabía que tenía que ser sigiloso si no quería que me descubrieran. La misión era sencilla: llegar, coger lo necesario y desaparecer antes de que advirtieran mi presencia. A mitad del expolio, noté un movimiento extraño en mi entorno y decidí huir de allí justo cuando un manotazo golpeaba el lugar exacto en el que había picado a mi víctima.