miércoles, 3 de mayo de 2017

DEBILIDAD



     Bajo la ducha recapacito sobre lo que acaba de suceder. Desde el primer momento he sabido que no era buena idea, pero a pesar de tenerlo claro, no he hecho nada para evitarlo. Aunque mañana me encontraré fatal y me arrepentiré, ha valido la pena solo por volver a notarla sobre mí.

     Cuando percibí su presencia entorné los ojos para disfrutar de ella con toda la intensidad posible. Hacía tiempo, mucho tiempo que no estábamos juntos, pero al momento de comenzar a gozar de su compañía fue como si los meses no hubieran pasado. Noté aumentar mi temperatura cuando sus caricias cubrieron mi cuerpo llenando con su fresco aroma cada poro de mi excitado ser. Erizó la piel de mi nuca con un dulce beso que hizo que mi respiración comenzara a agitarse. No era consciente de lo que la necesitaba hasta el momento en que me envolvió pegándose a mí y haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera con un escalofrío incontrolable. La noté como la recordaba, como siempre, como nunca, como ese rio desbocado que arrolla todo lo que encuentra a su paso y lleva a sus peces a nadar al ritmo que ella marca. Sentí cerca el final. Lo que en un principio era un vaivén cadencioso evolucionó a un galope frenético a medida que vi que llegaba. Noté su humedad. Mi cuerpo ardía y mi sudor se mezclaba con ella empapándome por completo hasta que todo terminó entre sonoros jadeos.

     Mañana me acordaré de esto. Sé que no tenía que haberlo hecho con los problemas de salud que arrastro, pero correr bajo la lluvia siempre ha sido una de mis debilidades.

6 comentarios:

  1. Intuía que no podías estar hablando justamente de lo que parecía, era demasiado obvio, pero nunca hubiera imaginado de lo que se trataba. Original y ocurrente, me ha gustado mucho :)

    ¡Un saludo!

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    1. Gracias Julia!! Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.

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