sábado, 30 de marzo de 2024

CUANDO SE MIRAN

 


 

 

 ÉL

El atardecer es tibio y despejado, ideal para trotar un rato a la orilla del mar. El largo paseo marítimo que conduce hasta el puerto y las canciones que suenan en mis auriculares me motivan a continuar con un ritmo vivo, quizás demasiado para mi actual estado de forma. A medida que me acerco al puerto deportivo, las montañas del Garraf, que se pegan al Mediterráneo formando indescriptibles acantilados, sirven de refugio a un sol que, cansado tras un largo día de trabajo, comienza a ocultarse. Sigo hasta la pequeña cala que hay al final del puerto y paro un momento para recuperar el aliento antes de la vuelta. En el cielo comienza a vislumbrarse la silueta perfecta de lo que en breve será una preciosa luna llena que me acompañará durante mi regreso a casa.

 

ELLA

Trota grácilmente por la orilla del mar. No me preguntéis por qué, pero encanta observarlo desde lejos. Para ser sinceros, me encanta, en general, y verlo de lejos es mi única opción viable. El mismo sudor que moja su camiseta, perla su rostro mientras sus labios parecen tatarear una canción luchando contra la respiración regular que debería hacer más provechoso su esfuerzo. De vez en cuando parece mirarme y un gélido escalofrío me zarandea. Se detiene y parece trastear con su teléfono hasta que lo enfoca en mi dirección para tomar una fotografía. Me estremezco y comienzo a temblar como una adolescente enamorada, estoy segura de que me sonrojaría si pudiera hacerlo.

 

ÉL

Miro decepcionado la fotografía y vuelvo a levantar la mirada hacia esa luna perfecta que baña el mar con su luz. No hay manera de que salga bien. Siempre que intento captar una imagen  que haga justicia a la realidad la pantalla me devuelve una luna borrosa, como si se moviera cada vez que intento inmortalizarla y esa quietud que transmite desde su atalaya no fuese más que un espejismo.

 

 

martes, 12 de marzo de 2024

Nunca caminarás solo (You'll never walk alone)

 

                 El reto consiste en escribir un microrelato de máximo 250 palabras con la música como protagonista. Me he permitido la licencia de traducir parte de la canción, aunque no se si habré cometido algún error de busto (mi inglés es como yo, bastante limitadito)

 

 

 

 

Podría decir que estaba pasando una mala racha, aunque decir que el último año de mi vida había sido una puta mierda se acercaba más a la realidad. Por eso, en el momento en que  mis sobrinos me propusieron una escapada a Liverpool, no lo dudé ni un instante. Cuando una vez allí, me arrastraron a Anfield Road y me enseñaron las tres entradas, se me erizó la piel: sabían que para mí aquello sería cumplir un sueño.

 

No cabía ni un alma más en el estadio. Un manto rojo cubría las gradas justo antes de que comenzaran a sonar los primeros acordes que hicieron que se elevasen una infinidad de bufandas y miles de voces se transformaran en una:

 

“Cuando camines a través de la tormenta, mantén tu frente alta y no tengas miedo a la oscuridad”

 

Siempre había querido verlo en directo y aunque mi inglés es de los de “just a little”, entendía perfectamente lo que querían decir. Me había emocionado al verlo por televisión, pero sentir a mis dos enanos gritándolo con los brazos entrelazados a mi cintura me hizo sentirlo de otro modo.

 

 “Continúa caminando a través de la lluvia, continúa caminando a través del viento, aunque tus sueños sean pisoteados. Continúa caminando, continúa caminando con esperanza en tu corazón, porque tú nunca caminarás solo. Tú nunca caminarás solo.”

 

El partido resultó bastante aburrido, pero tengo que reconocer que nunca he vuelto a ser tan feliz en un campo de fútbol .