Relato inspirado por los personajes propuestos por Storynator según la propuesta del Tintero de Oro:
Una pianista sin éxito que no se separa de su pulsera de la suerte y una experta en vinos que guarda culto a Satanás en secreto, buscarán la casa donde vivió una leyenda del rock muerta hace años, pero un peluquero se cruzará en sus caminos, donde la vida más allá de la muerte y la mala educación estarán presentes en una historia sobrecogedora.
Supe que sería mi último concierto desde que la vi sentada en una de las mejores butacas.
Nunca tuve demasiado éxito. Era un pianista de segunda que trabaja tocando en la cafetería de uno de los mejores hoteles de la ciudad. Se acercó a mí una noche, como tantas otras mujeres solitarias solían hacer, con una copa de vino en la mano y la provocación pintada en la mirada. Era lo único bueno que tenía aquella mierda de trabajo, muchas de las chicas que pasaban por allí se sentían atraídas por el hombre del piano y a mí me encantaba complacerlas. Me susurró que me esperaba en su habitación, la número sesenta y seis que estaba ubicada en la sexta planta.
Poco antes del amanecer, tumbados desnudos sobre la cama, me preguntó por mis sueños y no lo dudé:
−Triunfar como pianista. Salir de este maldito hotel y tocar en los mejores teatros del mundo.
−¿Qué estarías dispuesto a dar?− Ni me miraba a la cara. Su cabeza reposaba sobre mi pecho atenta al ritmo de mis latidos mientras su melena roja me cubría parte del torso.
−Lo daría todo. Lo poco que tengo, mi vida, mi alma.
−Vale, tomo nota− respondió entre carcajadas.
Y la olvidé justo en el momento en que mi vida cambio. Un cazatalentos, un contrato y una gira que apareció de la nada; o eso creí… Su mirada desde la primera fila me recordaba que la fama tiene un precio.