jueves, 11 de abril de 2019

LA CHICA SIN NOMBRE




     Vestía de riguroso negro, algo que contrastaba en exceso con el resto de ella. Piel blanca, pelo rubio platino y unos ojos azules con toda la claridad que unos ojos humanos podían tener. Solo sus labios daban una nota de color que discordaba con la lucha entre la luz y la oscuridad, solo los labios eran capaces de llevarte al cielo o al infierno según la diosa fortuna hiciera que se levantara ese día. A mí me llevó de un lugar al otro.



     La conocí de casualidad, como suele suceder con las mejores cosas de la vida. Sentado en la terraza del bar de una pensión con vistas al río, entró caminando despacio y, tras echarme una desinteresada mirada, ocupó una mesa cercana. La observé, analicé y saqué conclusiones precipitadas, como solemos hacer cuando nos sentimos en nuestro hábitat y seguros de nosotros mismos.



     Extranjera, de vacaciones y de paso en el pueblo, dudaba que estuviese por aquí más de un par de días. De vida saludable, deportista por el tipo de ropa y por un cuerpo perfectamente moldeado, seguro que se tomaría una infusión antes de abrir algún libro sobre la historia de esta zona de España que visitaba por primera vez. Seguro que era doctora o veterinaria.



     Cuando vi que el libro que abría era una versión en inglés de “El nombre del viento” despertó un poco más mi atención, pero fue la jarra de cerveza que dejaron en su mesa lo que me ganó definitivamente.



-Do you like it? –osé preguntarle con lo poco que recordaba de las clases de inglés que recibí durante mis años de bachiller.

-La verdad es que me está sorprendiendo gratamente –me contestó en un perfecto castellano sonriendo por primera vez- Tanto el libro como la cerveza.



     Me atreví a acercarme para seguir con la conversación. Cerró el libro y pidió dos jarras más. Notaba como sus ojos entraban en mis pensamientos mientras intentaba venderle las virtudes del pueblo, crecido a medida que pasaba el tiempo y permanecía a mi lado. Apenas hablaba de ella, ni siquiera me dijo su nombre, solo explicó que venía del Sur  y que estaba preparando un estudio sobre las distintas costumbres del Norte de España. Yo no podía dejar de mirar sus labios. Los imaginaba suaves y dulces, de esos que cuando tienes pegados a los tuyos no quieres dejar ir.


-¿Y cuándo te vas?- le pregunté intentando descubrir si podría disfrutar mucho más con su presencia.

-Ahora.


     Cogió mi mano y me arrastró escaleras arriba hasta empujarme al interior de una de las habitaciones. Antes de poder reaccionar ya me había desnudado y cabalgaba sobre mí. Entrelazó sus dedos con los míos impidiendo que acariciase esa piel que tanto anhelaba, manteniendo mi boca lejos del vaivén de sus pechos, llevándome a tocar el cielo entre suspiros y gemidos hasta que, exhausta, dejó caer su cuerpo empapado en sudor encima del mío.



     Me besó. Nunca habría podido imaginar el tacto de esos labios, el calor de esa lengua, la relajación de esa respiración que volvía a la calma haciendo que Morfeo me arrastrara a su mundo a pesar de mis vanos intentos por resistirme.



     La soñé junto a mí. Paseando a orillas del río cogidos de la mano, comiendo juntos las uvas de fin de año, de muchos fines de año. Vestida de blanco y sonriendo mientras caminaba por el pasillo de la iglesia antes de dar el sí quiero. Empujando el carrito de nuestros niños, envejeciendo a su lado, aunque ella seguía siendo la joven voluptuosa de la terraza del bar de la pensión…



     Desperté en una habitación vacía. Sobre la mesita de noche, un ejemplar de “El nombre del viento” era el único rastro de que aquel ángel (¿o demonio?) era real. Al abrirlo, un beso de carmín rojo marcaba la primera página en lo que yo quise entender como una despedida.






     Han pasado treinta y siete años, tres meses y un día y tal vez os pueda sonar extraño pero, durante todo este tiempo, no ha habido ni una sola noche en la que no haya soñado con los labios de aquella chica sin nombre.

23 comentarios:

  1. Caramba, me lo has hecho vivir, jajaja.
    Porque la misteriosa joven dejó el libro en la mesilla de noche, que si no, sería para pensar que todo ha sido un sueño, por lo insólito de ese encuentro y, sobre todo, por el final feliz entre las sábanas. Una experiencia asi no se puede olvidar. Tu protagonista jugaba a adivino, pero nunca pudo imaginar lo que le depararía ese encuentro fortuito.
    Un abrazo.

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    1. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...
      Hay personas que nos cruzamos un instante pero nunca llegamos a olvidar

      Un abrzo

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  2. Sin duda tu protagonista es de esas mujeres que dejan huella. Quizás a su presencia impetuosa irrumpiendo en la vida de él haya que añadir la capacidad de idealización que tenemos los seres humanos respecto a aquello que "perdemos".

    Un historia con fuerza, David. Creo que por un rato nos has puesto alas en la imaginación para pensar que hay días en los que cualquier cosa puede pasar :)

    ¡Un abrazo!

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    1. La historia no es real, pero tienes razón en algo: cualquier cosa puede pasar.

      Un abrazo

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  3. "He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que
    hacen llorar a los bardos. Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí."
    Un abrazo

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    1. Empiezo a pensar que nunca llegarán a abrirse "Las puertas de piedra"

      Un abrzo

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  4. Muy buena escritura, David; muy de tu estilo.
    Acerca de la trama, no me gustó demasiado: Una mujer muy bonita y desinhibida. Un encuentro muy ardiente, pero sin más perspectivas de futuro que la fantasía abrasadora del protagonista, y un final ¿onírico?, con un libro que no tuvo mucho que ver en el relato. No me pareció a la altura de las de otros relatos tuyos que he disfrutado. Va en gustos, por supuesto. Suerte en El Tintero.

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  5. Wow, romántico, candente relato. Un encuentro casual con una fémina fatal que llevo a tu protagonista sin duda alguna a unos momentos de pasión. Me gusto ese vuelo de imaginación cuando la sueñas junto a el por el resto de su vida. Muy buen libro para dejarle como souvenir de esa noche lujuriosa. !Suerte en el tintero David!
    Saluditos

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  6. Un bonito donde una apasionada mujer dio placer en un momento que se iba. Ese libro que te la recuerda en la mesita de noche. Un abrazo

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  7. Hola David, por un momento parece que el protagonista se ha recreado en un sueño o en un recuerdo real. Está claro que el libro debe tener alguna importancia para el protagonista porque se abre el relato con él y se cierra, creo que es de fantasía... Un abrazo

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  8. Gracias, David, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!

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  9. Apasionada aventura onírica que al protagonista le dejó marcado porque han pasado 37 años y la recuerda con todo lujo de detalles. A mi como lectora me deja muchas lagunas.
    ¿Un homenaje a Patrick Rothfuss con sus aventuras en El nombre del viento?
    Saludos, David

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  10. Un relato muy interesante y bien llevado, David, algo a lo que ya nos tienes acostumbrado. ¿Fantasía o realidad? Quién puede saberlo.
    Un abrazo y mucha suerte en el concurso.

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  11. Hola David

    No hay duda de que le dejó huella... Bien escrito, se respira misterio, nos quedamos, como él, con ganas de saber de ella.

    Suerte y saludos

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  12. Me ha hecho sonreír... una historia por demás romántica; yo soy de las que cree que no hay nada más erótico, sensual, cautivador, que un beso... basta uno, un buen beso que su simple recuerdo te haga temblar como aquella vez.

    Un beso.

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  13. Amigo David, yo, que soy un emotivo empedernido, he disfrutado con tu bello y romántico relato, pero de él me quedo con el antepenúltimo párrafo, aquel donde el narrador protagonista sueña con una vida junto a esa amante ocasional y "sin nombre".
    El libro coprotagonista en el texto lo leí hace tiempo y en verdad me gustó y enganchó, tanto como para leer su enorme (en los dos sentidos) continuación: El temor de un hombre sabio.
    Te deseo mucha suerte en EL TINTERO DE ORO.
    Un fuerte abrazo.

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  14. Y es que hay acontecimientos en la vida que nos marcan y son difíciles de olvidar, y una aventura con una mujer como la que describes de manera tan vívida ha de ser por fuerza una de ellas. Nada sabemos del pasado de ambos ni sabremos nada de su futuro, pero el momento de esta historia nos ha hecho vivirla con la intensidad del protagonista. Mucha suerte en el Tintero, David. Un abrazo!

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  15. Imagino que el título del libro hace referencia a esa chica que pasó por la vida del protagonista como un breve e intenso vendaval que nunca pudo olvidar. Muy buena la trama y la narración de un notable relato. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo, David.

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  16. Hola, David
    Un relato muy bien escrito, como acostumbras. Sin embrago esta vez, bajo mi punto de vista, la trama resulta un poco plana. Echo en falta ingredientes, algún hecho definitivo que haga que un fantástico polvo de una noche se convierta en algo tan transcendental. Te deseo mucha suerte en el Tintero.
    Un saludo

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  17. Seductora lectura, Has conseguido mantener las expectativas, al final uno queda como desangelado con el desenlace.
    Un abrazo y suerte.

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  18. Hola David, una seductora dama y un caballero anhelante de saber quien es ella y de volver a besar sus labios.
    Muy erótico el encuentro .
    Suerte en el concurso.
    Un abrazo
    Puri

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  19. David, que delicia de descripciones. Un relato sensual, misterioso, nostálgico...todo a la vez y con un magnífico resultado. Te deseo mucha suerte en el Tintero. Un saludo.

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  20. No me extraña nada, David, que el chico de tu cuento no olvide a la diosa sin nombre. Seguro que a medida de que pasen los años se irá agrandando el recuerdo y ninguna realidad, por muy buena que sea, supere el encuentro.
    Otro relato a tener en cuenta para el podio de Tintero, compañero.

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