lunes, 6 de julio de 2020

Amor a primera vista


     Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que me fijé en ella. Por aquel entonces yo era poco más que un niño y lo que más me llamó la atención fue que contagiaba felicidad a los que estaban a su alrededor. Creo que fue en aquel preciso instante, una calurosa mañana de Julio, cuando decidí que aquel verano no pasaría sin que mis labios la rozasen…

 

 

     Y así fue.

 

 

     A nuestro primer encuentro furtivo le siguieron un segundo y un tercero. Todos diferentes, pero siempre logrando hacerme sentir bien. A medida que fui creciendo me resultó cada vez más difícil no pensar en el instante en que podría volver a disfrutar de su cuerpo, a veces tomándolo a poquitos, otras volcando en ella todas mis ansias. Siempre estaba ahí, siempre dispuesta; acompañándome en los buenos momentos y ayudándome, a su manera, cuando las cosas no me iban bien. Fundiéndose conmigo en los momentos oportunos e incluso haciéndome ver las cosas desde otro punto de vista.

 

 

 

     Con el paso de los años he aprendido a disfrutar con ella de otro modo. El ansia, la pasión de la juventud, ha dado paso a una serenidad calmada que no por eso impide que los momentos a su lado, aunque sean menos habituales, sean mejores. Porque con el paso del tiempo, intentamos alargar los minutos en vez de devorarlos y siempre es un placer alargar el tiempo con mi rubia. Porque hay algunos instantes, con una cerveza entre las manos, que no querríamos que terminase jamás.

 







4 comentarios:

  1. Esta vez no me has pillado. No sé por qué me lo imaginé enseguida. Tal vez por la imagen que adjuntas. Un buen relato con un buen equívoco.
    Un beso.

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  2. Jajaja vaya con ese primer amor. Me has pillado David.
    Un beso y a disfrutar con la rubia

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  3. Jajaja,... jamás hubiese imaginado ese final..., aunque tengo que confesarte que a mi me gustan las rubias un poco malteadas,... que no de malta.
    ;-)

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  4. Anda ya, que vas a cambiar una por lo atra, y mira que yo me quedo con la burbujeante, jeje. Abrazos

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