Tus pies se
hunden en el barro mientras caminas. Tras de ti, un reguero de huellas debe
estar marcando ese sendero que hace tiempo tenías que haber tomado. No piensas
verlas, no vas a mirar atrás.
El río ha
vuelto a su cauce habitual después de las tormentas que anegaron las orillas.
Hace un tiempo, esta zona era preciosa pero los restos de la riada permanecen
latentes por todas partes. A veces pasa. Al principio todo es idílico y de
manera inconsciente, te dejas llevar. No aprecias los detalles del cambio. No
ves que los patos ya no nadan ni que los pájaros que cantaban en los árboles
cercanos permanecen en silencio. El contacto del agua al acariciar los márgenes
no es como antes, su carácter cambia. Un día el caudal baja con más fuerza y la
tarde se vuelve oscura. Las mariposas no revolotean sobre los helechos de la
orilla, la tormenta se acerca y no te has dado ni cuenta. Los relámpagos
preceden a los truenos. Sonidos roncos, contundentes, que hacen temblar la
tierra que pisas y el cuerpo que habitas. La lluvia cae mojándolo todo y el río crece. Intentas
autoconvencerte de que no es nada, de que pronto parará, pero cada vez tiene
más fuerza. Termina por arrastrarte como si fueras una cometa rota en medio de
un huracán sin que apenas te des cuenta que ese no era el camino por el que
querías ir. Golpeando rocas y árboles, pierdes la noción del mundo sin entender
lo que pasa.
Hasta que
amaina la tormenta. Los truenos suenan más lejanos aunque siguen retumbando en tu cabeza mientras vislumbras un pequeño rayo de Sol. A pesar de que su luz al principio parece cegar y caminas desorientado, sabes
que tienes que hacerlo. Y no olvidas, no perdonas, pero miras al frente. Encuentras
algunos apoyos firmes que te ayudan a salir del barro. Despacio, pero sales. Lleno de
cicatrices y magulladuras, con fuerzas renovadas avanzas hasta llegar a la
vereda que se aleja del río. Cada vez más liviano sigues la nueva senda sin
mirar atrás.
todavía no sé si soy una persona u otro ser.... una hoja, ¿que soy? me vas a ver suscrita. gracias David, he echado de menos tu imaginación pero no se va a repetir, que me alegras los desayunos
ResponderEliminardavid no se que pasa, revisa si has habilitado en el feed las suscripciones por mail y si no te importa avisame. un abrazo
ResponderEliminarPues cuando tenga un rato me pongo a ello, que yo soy muy torpe con estas cosas y necesito mi tiempo para conseguir hacer lo que quiero!! Un abrazo.
EliminarMe has hecho pensar en ese dicho tan repetido que después de una tormenta siempre siempre sale el sol y quedarse con ese mensaje es el que me ha dejado tu relato, esa sensación que aunque cueste también lo que duele se supera y se deja de mirar atrás.
ResponderEliminarBesos
Siempre hay un mañana y tenemos que caminar hacia él.
EliminarPetonets
Excelente, David. Ya sea la creciente un pretexto o una coincidencia, es muy acertada la imagen para describir una encrucijada personal.
ResponderEliminarGracias Beba!!! Un placer leerte por aquí
EliminarUn abrazo
Gracias!!
ResponderEliminarMuy buen relato, David. Siempre se sale del barro y siempre se descubre una nueva senda... Mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarSiempre sale el sol.
EliminarGracias Marta!
Muy buena esa analogía de la vida con el transcurso de un río (o así no he sentido yo).
ResponderEliminarHasta los ríos más tranquilos en un momemmo dado se vuelven tumultuosos, y hasta en las aguas más tranquilas se esconden remolinos y barro, lo importante es saber nadar para salir con bien.
Un abrazo y suerte en el Tintero.
Por ahí iban los tiros! La vida no siempre es un camino de rosas.
EliminarUn abrazo
"La noche es más oscura antes del amanecer". ¿No es eso lo que dice Harvey Dent en El caballero oscuro? Un relato para pensar, amigo David, para pensar en aquello que nos arrastra, nos ataca y nos ahoga; para pensar en que, por muy difícil que parezca, siempre habrá un amanecer después de la noche más oscura.
ResponderEliminarUn saludo.
No siempre el camino que elegimos es el más sencillo, ni si quiera el más agradable. Hay que seguir caminando.
EliminarUn abrazo
Hola David, un relato leído que me deja una existencia triste y la esperanza de un cambio. Un abrazo
ResponderEliminarNo estés triste!! Cuando las cosas van mal siempre se puede intentar cambiar.
EliminarUn abrazo
Gracias, David, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarGracias a ti tocayo!!
EliminarUn relato breve que contiene una gran metáfora, la de salir adelante a pesar de las piedras (o del agua) que encontremos en el camino de la vida.
ResponderEliminarMuy bueno, suerte en El Tintero y un abrazo, David.
Gracias Mirella!!
EliminarHola David,
ResponderEliminarUn relato muy bonito, donde hace reflexionar que no importan las circunstancias, que todo en la vida trae marea alta y apacible. Lo importante es cómo saber subsistir. Suerte en el tintero!
Saludos
Gracias Yessy!!! Siempre podemos intentar cambiar nuestro camino, solos o apoyandonos en los demás, pero los nuevos pasos siempre son nuestros.
EliminarUn abrazo
La elección de una voz narrativa en segunda persona interpelando al lector de una forma leve, funciona correctamente. Es un relato con la extensión justa para que el lector no abandone y pueda tener interés por el relato introspectivo del narrador, sin echar en falta referentes contextuales de los que carece el texto. Es un buen recurso sin duda aunque tiene sus riesgos, bien afrontados en este caso. Me parece un buen trabajo.
ResponderEliminarGracias Javier. Ese tipo de comentarios no son los más habituales y a título personar me ayudan a seguir escribiendo.
EliminarUn abrazo
Un relato alegórico, muy elaborado, con frases pesadas y medidas, que describe con indudable acierto la victoria de la perseverancia y el no rendirse nunca ante la fuerza desatada de los elementos, para lograr salir adelante y seguir caminando, marcando las huellas en el barro.
ResponderEliminarUn abrazo, David, y mucha Suerte en El Tintero.
Gracias Paco! Hay veces en las que no somos conscientes de donde nos mete la vida. Intentar avanzar, esa tiene que ser la actitud.
EliminarUn abrazo
Hola David, un hermoso relato, con imágenes muy bien logradas para plantear ese renacer después de una tremenda tempestad. Que aunque cueste mucho, se puede. Un relato para reflexionar. Después de salir de una tormenta, ya no somos los mismos que éramos antes de pasar por ella. Un abrazo.
ResponderEliminarTodas las vivencias nos cambian de un modo u otro, pero las malas lo hacen de forma más drástica.
EliminarUn abrazo
David un gran relato donde con ese río y esa tormenta nos muestras que al día siguiente siempre sale el sol después de alguna dificultad en la vida. ¡Suerte en el tintero!Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre sale el Sol!!! Gracias Maria del Carmen
EliminarTu relato tiene la virtud de que cualquiera de los que lo leemos podemos sentirnos identificados con lo que cuentas, pues forma parte en mayor o menor medida de nuestras vivencias. El título es muy gráfico, así es la vida, vamos dejando huellas en el barro, pero siempre hacia adelante. Por otra parte, un relato escrito con corrección. Mucha suerte en el Tintero, David. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es la vida, para bien o para mal.
EliminarUn abrazo
Hola, David. Tu relato es muy poético. Tiene la virtud de describir el paso a paso de la llegada y la salida de la tormenta. Siempre pasa, siempre se sale de ella, lo inevitable es que deje sus marcas como huellas en el barro.
ResponderEliminarUn abrazo
Por suerte no todo son tormentas!!
EliminarUn abrazo
Hola, David. Encuentro muy bien reflejados en este texto tanto el río de la vida como el barro, a veces paralizante, que simboliza los problemas que nos van "adornando" aquélla, o al menos así lo veo yo. Todo ello escrito con tu habitual pulcra prosa. Te felicito.
ResponderEliminarY te deseo mucha suerte en "El Tintero...".
Un abrazo.
Gracias Patxi. Me encanta que te haya causado esa sensación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, David. Nos dejas una hermosa y acertada metáfora sobre los vaivenes de la vida, en un texto poético lleno de imágenes que parece que nos cuentas al oído.
ResponderEliminarUn abrazo.
Soy más de hablar bajito que de gritar.
EliminarGracias Alma!
Me gusta el misterio que encierra el relato. Te preguntas de quién serán esas huellas.
ResponderEliminarUn buen relato, de los que dejan huella.
Suerte y saludos.
Todos dejamos ese tipo de huellas en algún momento de nuestra vida.
EliminarGracias por la visita y el comentario Paola.
Muy poético. Me recuerda a los famosos versos de Machado: "(...) se hace camino al andar". Por cierto te falta la tilde la primera vez que aparece la palabra "río".
ResponderEliminarUn abrazo.
"Golpe a golpe, verso a verso" :)
EliminarGracias por el apunte de la tilde, soy de números y a veces se me escapas esas cosas.
Un abrazo y bienvenida a mi embarcadero.
No es tanto lo escrito como el trasfondo de ese barro y la dificultad para salir de él. Enhorabuena, un relato magnífico. Mucha suerte en el Tintero. Saludos.
ResponderEliminarGracias! Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
David Serrano tan poético y sensible como siempre.
ResponderEliminarLa alegoría de la superación. No siempre se sale del barro indemne, claro, pero en tu escrito hay esperanza y me quedo con eso.
Nos vemos en la gala David.
JAJAJAJAJA!!! Ya no creo que cambie, aunque pensandolo bien, tampoco quiero.
EliminarTienes razón, no siempre se sale indemne, de hecho hay gente que no consigue salir, pero siempre hay que intentarlo.
Allí nos vemos.
Buena manera de sumergirnos en las emociones de una situación vital en la que se desmoronan las amarras. Me gusta como nos sumerges en el torbellino del río revuelto de la desilusión. Quizás el desamor, la traición o cualquier circunstancia de la vida. Me quedo con el mensaje positivo de salir hacia adelante sin mirar atrás.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, David
Gracias Carmen!! Si damos un pasito atrás, que sea para coger impulso.
EliminarUn abrazo
Un relato cargado de simbolismo, ese barro que nos impide caminar y ver el futuro con ilusión y esa agua que nos ahoga y sepulta nuestras ilusiones. Lo bonito es que al final existe ese mensaje de optimismo.
ResponderEliminarInteresante tu texto David.
Un abrazo y suerte en el concurso.
Puri
Gracias Puri!!!
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