jueves, 15 de febrero de 2024

Media sonrisa oscura


 


 

             Todavía era de noche cuando le vi caminar unos doscientos metros por delante de mí. Aflojé el paso para mantener la distancia hasta que, al salir del pueblo, encendió su frontal y se adentró en el bosque. Ahora sí aceleré un poco para reducir la distancia y orientarme mejor, ya que, a pesar de que la luna llena seguía brillando con fuerza, las ramas de los árboles no permitían iluminar el sendero lo suficiente como para ver con claridad todas las flechas amarillas que marcaban el camino.

 

-Lo vas a hacer, ¿no?

 

            Intenté ignorar su voz. Sabía que sería complicado (por no decir imposible) pero no me apetecía discutir tan temprano. Prefería no contestar y mantener la calma aun sabiendo que él seguiría ahí, insistiendo, como el quebrantahuesos que sujeta su víctima y se eleva a pesar del peso adicional consciente de que se saldrá con la suya. Y siempre se salía con la suya.

 

-¡Bua! Este bosque es ideal. ¡Y más a esta hora! En el albergue todos seguían durmiendo cuando salimos. Seguro que por aquí no pasa nadie hasta dentro de una hora como mínimo. Los bordes del sendero están llenos de matorrales y desniveles.

 

            Tenía razón. Para estar tan cerca del pueblo y ser una senda muy transitada, apenas a medio metro del margen derecho del camino un mar de helechos ocultaba la parte baja del tronco de los árboles. En la parte izquierda, un prominente desnivel acababa una docena de metros por debajo de donde avanzábamos provocando la sensación de que estábamos caminando por una cornisa.

 

-Ni se enteraría. Seguro que se giraría al escuchar los pasos y te saludaría con el típico “¡Buen camino!”. Trabaría conversación enseguida. Ya lo viste ayer. Hablaba con todo el mundo pero todos terminaban evitándolo, nadie le aguantaba más de cinco minutos. Es un desgraciado. Realmente le estarías haciendo un favor tanto a él, como al resto de peregrinos que no tendrían que volver a soportarlo. Nadie le va a echar de menos…

 

            Sin apenas percibirlo, había acortado la distancia. Tan solo nos separaban unos veinte pasos cuando, absorto en mis pensamientos, tropecé y se me escapó un “¡Me cago en la puta!” que llamó su atención.

 

-¡Buen camino! ¡Joder, que susto me has dado! ¿No llevas linterna? Ven conmigo, aunque el frontal es potente, entre los dos nos resultará más sencillo ver las señales.

 

            Continuó hablando mientras caminaba junto a mí. Ocupado como estaba en la búsqueda de flechas, no se dio cuenta de la media sonrisa oscura que se me dibujó en la cara mientras mi mano izquierda jugueteaba con la navaja que guardaba en el bolsillo.

 

                                                    

 

17 comentarios:

  1. ¡Hola David! ¡Cuánto tiempo! El relato es impecable, escrito magistralmente, con ritmo e incita la curiosidad. Interpreto, y no sé si hago bien, que la vocecilla es su doble malavado aunque parece que no hay demasiado resistencia con su otra parte. A mi me gustan las historias que no dejen demasiado clara las intenciones, sin oscurecerlas demasiado, claro, y que el lector ponga de su parte.
    Hasta pronto, compañero.

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  2. Curiosidad e inquietud por las miles de posibilidades que deja es final abierto de un relato impecable. Saludos

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  3. Hola, David! Hermoso relato. Mantienes el suspenso hasta el final. Me ha gustao mucho.
    Un abrazo

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  4. Hola, Jorge. Dejas el relato en el momento justo para dejarnos con la respiración contenida. Nuestro protagonista está a punto de dejarse vencer por su lado oscuro, aunque poca resistencia he visto en él. ¿Será capaz de cometer el asesinato? ¿Cuáles son los motivos que le impulsan a hacerlo?
    Menos mal que has llegado a tiempo para el reto. Siemore es un placer leerte.
    Un abrazo y mucha suerte.

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  5. El ritmo es muy bueno. Ese peregrino que nadie aguanta igual es tan mala gente que nadie le echará en falta :-)

    Una trama muy buena, con un final perfecto. Un abrazo

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  6. Un relato cargado de tensión con un final que no presagia nada bueno. Me gusta mucho el contraste entre la negrura del protagonista y la inocencia de ese pobre peregrino tan ajeno a lo que le espera. Has dibujado muy bien la escena, David. Una historia estupenda.

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  7. Hola David menudo relato lleno de oscuridad del camino de lo que se esconde y de esa vocecita que enciende la idea. Muy bien relatado. Un abrazo y suerte.

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  8. Hola David, un relato aterrador, al principio inquietante, pero le das un giro final estupendo. Genial. Un abrazo

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  9. Hola, David. Tu relato me deja con una sensación de desasosiego por el destino de ese infeliz. Gran trabajo. Un saludo y suerte.

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  10. Hola David,
    Excelente relato, lleno de intriga y de tensión.
    Esa voz interior que le despierta su versión más oscura es muy potente.
    Mucha suerte en el concurso.
    Un fuerte abrazo.

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  11. Muchas gracias, David, por participar con este relato en el homenaje a Italo Calvino y el El vizconde demediado. ¡Suerte!

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  12. Muy buen relato, te mantiene en tensión en cada momento, lleno de intriga, oscuro, muy bueno, saludos.
    PATRICIA F.

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  13. Hola David. Lo he leído dos veces para tratar de captar todos los matices que tiene tu relato, que los tiene. Al principio parecía que el protagonista hablaba con quien llevaba delante, que parecía retarlo a hacer algo desafiante. Pero no, has sido más sutil y al terminar la lectura nos damos cuenta que son las dos mitades del protagonista las que entablan una conversación entre sí, como si el personaje sufriera algún tipo de esquizofrenia. Me ha gustado mucho la forma en la que has introducido ese pequeño juego con el lector. Ese ¡buen camino! que se revela al principio nos hace caer en la cuenta que en realidad no se hablaba de una tercera persona, sino del propio individuo al que el protagonista sigue. Queda un final abierto, aunque no es difícil suponer como continuará. Un abrazo.

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  14. Pero para hacer el camino, no sé pide carnet de buena persona?
    Que mejor lugar para ocultar las malas intenciones?
    Al pobre le va a salir caro ser pesao, que igual ni lo es y solo lo es a la vista del asesino.
    Abrazoo y suertte

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  15. Hola, David. Un personaje, el de tu historia, que mientras anda tiene alternancias, todos las tenemos pero no navaja en mano. Una historia sutil y algo engañosa, pero eso es habilidad del autor, que nos envuelve esperando un desenlace que nos dejas abierto a la imaginación. Buen aporte al resto dual de este mes.
    Saludos y suerte.

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  16. Hola David tu personaje juega con el lector y le hace pensar en si en realidad son dos lo que hacen el camino para al final descubrir que son las dos partes del mismo en busca de su otro yo.
    Ese final abierto nos invita a poner a trabajar la imaginación.
    Un abrazo
    Puri

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  17. Mitad bueno, mitad malo. Aquí no hay Pepito Grillo que valga, pues, por desgracia, acaba dominando el mal, como está sucediendo en el mundo.
    Muy buen relato. Ojalá pienden igual el resto de lectores que votarán en el concurso, je, je.
    Un abrazo.

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