Metió
el regalo en un sobre grande, anotó la dirección y se lo entregó a la encargada
del servicio de paquetería. Era un pequeño detalle, más sensiblería que otra
cosa, pero hacía tiempo que tenía ganas de sorprender a Alex y que mejor
momento que en el día de su cumpleaños. Insistió a la chica que le atendía en la
importancia de respetar la fecha de entrega, se ajustó la bufanda para combatir
el frío exterior y salió a la calle con una radiante sonrisa dibujada en su
cara y la sensación de que caminaba un palmo por encima del suelo.
Hacía
años que no veía a su hermano. Seguían teniendo contacto, por supuesto, pero no
era lo mismo verse por Skype que poder sentir sus collejas o el calor de sus
abrazos.
-Hay momentos en los que necesitaría
tu punto de vista para crear nuevos personajes- le dijo hace poco - ¡Hacíamos
un gran equipo!
David
nunca tuvo la calidad artística de su hermano, aunque él fue quien le empujó
hacia ese mundo que después acabó por convertirse en su modo de vida. Entre
cómics de Astérix, Tintín y Mortadelo y Filemón, los dos mellizos crecieron
inventando historias. David tenía una idea y Alex la llevaba al papel de forma
inmediata. Sus dibujos eran increíbles para un niño de su edad; realistas a
veces y fantasiosos hasta el extremo en otras ocasiones. Siempre pintando una
historia a la que David ponía palabras con mayor o menor acierto. ¡Incluso
ganaron dinero para el viaje de fin de curso vendiendo sus cómics fotocopiados!
A
medida que fueron creciendo, Alex se decantó por Bellas Artes y dio rienda
suelta a su pasión por el dibujo. David siempre fue más pragmático. Decidió
estudiar una ingeniería que le proporcionase un trabajo más “seguro” y dejó de
escribir historias durante mucho tiempo. Últimamente volvía a escribir pequeños
relatos cuando llegaba a casa por la noche. De momento no se los enseñaba a
nadie, tan solo se aislaba del estrés sumergiéndose en esa página en blanco al
principio, pero plagada de garabatos, tachones y palabras subrayadas al final.
Terminaron
la carrera casi al mismo tiempo. David encontró trabajo en la compañía en la
que aún trabajaba y fue prosperando a medida que el negocio crecía. Alex
comenzó en una pequeña empresa de audiovisuales que de su mano fue ganando
importancia a nivel estatal. Sus trabajos y colaboraciones con las mejores
agencias europeas no pasaron desapercibidos a las grandes multinacionales.
Cuando aquella tarde de febrero le confesó a su hermano que Pixar le había hecho
una oferta, David comprendió que sus caminos debían separarse.
Alex
entró en el salón de su casa de Los Ángeles con una sonrisa en la cara. Tumbado
en el suelo, el pequeño David construía castillos para sus muñecos con
coloridas piezas de Lego. Sabía que su hermano se acordaría de él ese día (al
fin y al cabo, eran mellizos) pero no por eso dejó de sorprenderle el paquete.
Sobre el papel de regalo, una foto de los dos juntos el día de su quinto
cumpleaños con la leyenda “Con esto comenzó todo”. Sus ojos se humedecieron al
rasgar el papel y darse cuenta que tenía en sus manos una nueva aventura de
Astérix el Galo.
NOTA: hace poco me recordaron que así fue como aprendí a leer. Creo que es una buena forma de meter en los niños el gusanillo de la lectura y despertar su imaginación. Si después son creativos o no, será otra historia, pero leer hace pensar y pensar siempre fue bueno.
Enternecedor relato, David, meter el gusanillo de la lectura a los niños les ayuda a crear sus propias historias... es lo que tiene la imaginación, es la mejor muestra de nuestra inteligencia :) Abrazos dibujados entre letras ;)
ResponderEliminarSiempre he pensado que el cómic es una buena opción y, sobre todo, ver que sus mayores leen y piensan por si mismos. Son malos tiempos para la lectura, pero creo que parte de nuestro futuro depende de que esos niños imaginen, piensen y creen cosas libremente.
EliminarPetonets!
Muy bonito David, me ha gustado ese detalle recordando la complicidad y el amor entre hermanos.
ResponderEliminarAmar los libros, disfrutar con las historias que nos cuentan, relajarnos, cuestionarnos, pensar... tantas y tantas cosas que nos ayudan a hacer los libros.
Leer hace pensar y siiiiiiiii qué bueno es poder pensar.
Besos
Bueno, importante y complicado, pero siempre necesario.
EliminarGracias por la visita.
Petonets!
Jo, David. Aprendí a leer con Mortadelo, Zipi y Zape, Spiderman y Astérix... Pasé horas y horas de mi infancia dibujando robots, superhéroes, luego retratos al carboncillo, e incluso me apunté un año a una escuela de cómic... pero acabé de abogado y todo ello quedó aparcado muchos años. Así que fíjate si me he identificado con este relato. Un abrazo!!
ResponderEliminarCreo que es algo común entre los que pasamos de 40. De hecho, aunque la historia es ficción, el regalo es real. Mis hermanas me regalaron la última historia de Astérix con esa frase escrita en el papel.
EliminarUn abrazo
Un relato muy tierno y entretenido. Me ha recordado una época en que, en el colegio, yo escribía historias "de miedo" y un compañero y amigo de clase las ilustraba, para luego pasarlas a quienes querían leerlas a cambio de una pequeña cuota, jeje
ResponderEliminarLos inicios en la lectura son la base para las futuras lecturas adultas.
Un abrazo.
Gracias Josep!! El dibujo siempre se me dio mal, pero engullo lectura desde que aprendí a leer con esos tebeos.
EliminarUn abrazo
Un relato que nos evoca la niñez que todos hemos tenido. Hace un par de días escuché "entre gemelos o mellizos no te metas" porque tienes las de perder, y tu tierno relato me ha recordado también esas palabras.
ResponderEliminarUn saludo, David, y suerte en el concurso.
Pd: Te añadiré que tengo dos sobrinos mellizos de dos años y les regalo ya cuentos ;-)
Mis sobrinos son grandes, pero nunca les faltó un cuento para reyes (alguno de cosecha propia y protagonizado por ellos).
EliminarGracias por pasarte Chelo!
Por muchos motivos personales, que tiene que ver con mis dos hijos, me quedo con los ojos humedecidos igual que Alex, el corazón emocionado y una felicitación para tí, que dejo aquí por escrito. Gracias por este precioso texto.
ResponderEliminarBienvenida y gracias Vivian. Estás navidades me regalaron el cómic de la imagen. Mi familia no deja que el niño que vive dentro mío se duerma!!!!
EliminarUn abrazo
yo también soy gemela y me recordaste la cantidad de travesuras que hemos hecho. bellos recuerdos y...la nostalgia se apoderó de mí´
ResponderEliminarSuerten en el concurso.
Me llevo muchos años con mis hermanas, pero a pesar de ser el único chico y el más pequeño (o tal vez gracias a eso) tenemos una complicidad difícil de describir con palabras.
EliminarGracias por la visita.
Un abrazo
David, qué bonita evocación a la infancia. El recuerdo de leer esos tebeos en mi niñez es donde comenzamos a introducirnos en la lectura. Yo a mis hijos siempre les regalé muchos cuentos, tebeos y puzzles. Pero ellos ahora están en otras historias. Muy bonito relato compañero. ¡Suerte en el concurso! Un abrazo.
ResponderEliminarNos hacemos grandes y tenemos que elegir. Lo bueno si creces entre libros es que tienes la opción de elegir, sino, tienes que limitarte a seguir la corriente.
EliminarUn abrazo.
Qué bonito! Muy tierno y muy nostálgico.
ResponderEliminar:)
EliminarMuy bueno, David, un relato enternecedor que moviliza los sentimientos de los que nos gusta la lectura, nos gusta reflexionar, y nos gusta tener buenos hermanos. Un abrazo.
ResponderEliminarAriel
Gracias Ariel. En ese sentido soy un afortunado!!!
EliminarUn abrazo
Precioso relato, David. Tierno y con mensaje,como a mi me gustan. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Ana!!! Me alegro :)
EliminarHola David, precioso relato. Muy bien narrado, muy logradas las descripciones de la vida de cada uno de los hermanos. Enhorabuena. Saludos.
ResponderEliminarSiempre es más fácil meterse en la piel del prota si piensas como él.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo.
Un relato en donde se destaca esa unión de los mellizos, incluso a la distancia. Compartir y mucho más, aprender leyendo, leer para crear nuevas historias para seguir sintiendo esa unión. Muchos conocemos mellizos, mellizas, dos vidas muy unidas. "Con esto empezó todo.." sí que sí. Un abrazo David
ResponderEliminarAlgo tan simple como un cómic en el momento adecuado nos puede hacer mucho bien. Si no llegan a manos de los niños, que no sea por nuestra culpa!!
EliminarUn abrazo
Una historia muy tierna, David. Yo nunca he sido de leer comics, de hecho se me da mal eso de relacionar dibujos con los textos, pero mi marido sí que empezó a leer así y estaría muy deacuerdo contigo :)) "Pensar siempre es bueno", me quedo con eso :)
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Cómics, cuentos, tiras humorísticas o etiquetas de cereales. Cualquier cosa es buena para despertar la curiosidad de nuestro pequeños. Por desgracia tendemos a "desconectarlos" para que no molesten. Así se limitarán a sobrevivir sin pensar.
EliminarUn abrazo.
Entrañable historia de dos hermanos separados por la distancia pero unidos en el sentimiento, David. Te deseo mucha suerte en el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jorge!!!
EliminarHola David
ResponderEliminarTierno, desenfadado y real. Me ha gustado mucho, sobre todo el final.
suerte, suerte
saludos
Gracias Paola!!!
EliminarUn relato tierno y bien escrito, como ya nos tienes acostumbrados, David. Has removido en mi interior recuerdos de la niñez pasada, y he de darte toda la razón: yo practiqué la lectura con Astérix, Superlópez y Julio Verne. Y a ellos y a muchos otros debo la pasión de la lectura y el blog que llevo.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Gracias Bruno!!! Julio Verne son palabras mayores!!!! Astérix, Tintín, Mortadelo y Filemón... Hasta que descubrí "Los cinco" ;)
EliminarUn abrazo
Enternecedor relato David,... yo todavía recuerdo el día en que pase de la banda diseñada al texto sin dibujos,... se trataba de El Robinson Suizo,... una edición que alternaba con el texto algunas viñetas,... fue apasionante descubrir como en en el texto se contaba muchísimo más y con un extraordinario detalle que lo que se podía leer en en las viñetas. Buen fin de semana!
ResponderEliminarGracias!!!
EliminarHola, David
ResponderEliminarMe ha encantado la ambientación y ese amor filial de mellizos en tu relato, que por cierto, es adorable! Compartir y aprender a leer juntos, fue una aventura inolvidable para tus protagonistas. !Suerte en el concurso!
Un saludo!
Cada lectura es una aventura!!
EliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho tu relato David, y por varios motivos. Los recuerdos de los comics de mi infancia, (y no tan infancia), algunos ejemplares aún los conservo, algunos de las aventuras de Tintín y Milu, las de Asterix, tengo completa las tiras de Mafalda y algunos comics de adultos como Valentina, y los de underground españoles que eran más gráficos y de adultos…era una auténtica devoradora de comics, así que tu relato me toca uan fibra personal, y sobre todo, porque está bien contado.
ResponderEliminarLa parte emocional de los dos hermanos diferenciados aunque fueran mellizos, el nexo de unión del regalo del comic.
Y finalmente el haberlo contado en “primeras personas”, por David y Alex, justificando el acertado título.
Enhorabuena David.
Un abrazote compañero y hasta pronto.
Gracias, muchas gracias :)
EliminarBonito relato.Saludos
ResponderEliminarGracias!!!
EliminarHola, David.
ResponderEliminarEmotivo, entrañable texto el que has compartido con nosotros, amigo. Y con el mensaje final de que hay que leer, leer y leer, lo que sea, y en ese "lo que sea" no pueden faltar los cómics. ¡Bravo, David!
Te deseo mucha suerte en el "Tintero".
Un abrazo.
Un texto cargado de bonitos recuerdos , de esos momentos narrados en los que la lectura era la mejor compañía.
ResponderEliminarLeer cómics es algo que por desgracia no está muy presente en la vida de los niños de hoy.
Un abrazo David y suerte en el concurso.
Puri
¡Hola David! Me he sentido bastante identificada con tu relato porque. últimamente, también vuelvo a mi infancia con frecuencia. Enhorabuena. Te deseo mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarRelato autobiográfico a lo que parece. Me gusta como está tratado. Quizá lo que menos me guste sea la moraleja final(NOTA), no aporta más valor al relato (EMDO).
ResponderEliminarSi se me permite un toque de tuiquismiquez, sería aconsejable el camuflaje de las direcciones identificativas.
Un abrazo
Con pequeñas cosas empiezan los grandes proyectos.
ResponderEliminarUna historia al parecer con visos de realidad personal ¿No?
Suerte y abrazos.
Un relato muy tierno, enfoque de una infancia felizmente productiva.
ResponderEliminarSi no lo dices, hubiera creído que era autobiográfico.
Una parte me recuerda un pasaje de mi vida, cuando con 17 años llegue a España sin saber el idioma. Básicamente aprendí leyendo tebeos, entre ellos los de Zip y Zap, mortadelo y filemon etc, ... En aquella casa había mucho libro.
Bonito y nostálgico relato, David. Has relatado una entrañable relación entre hermanos mellizos y su complicidad con la lectura y los tebeos. Creo que casi todas las personas que aman la lectura empezaron de pequeños con los cómic y los cuentos. Suerte en el concurso.Abrazos.
ResponderEliminar¡Yo ya lo leí! :D
ResponderEliminarFíjate que mis niños son pequeños y les hago caer en sus manos todo tipo de estímulos literarios para crear en ellos, como tú bien dices, "el gusanillo de la imaginación". Luego serán lo que quieran ser pero, de momento, disfrutan con Asterix y Obelix ("Tengo hambre"), Manolito Gafotas, Pipi Calzaslargas ...
Muy bueno tu relato para recordarnos de dónde viene todo.
Suerte en el concurso.
Un abrazo.