Desde
el acantilado podía divisar las velas de un navío que surcaba el mar alejado de
la costa. El sol brillaba con fuerza arrancando destellos plateados de una superficie
que comenzaba a erizarse. Había despertado el viento del norte. Vivía solo en
aquella maldita isla. Años atrás decidió dejar su profesión y redimirse
encargándose del faro que desde aquel islote gobernaba y guiaba a la mayoría de
bajeles que cruzaba aquella peligrosa zona del océano. Era una función
importante: los arrecifes eran afilados y, si algún barco buscaba refugio en la
noche o durante la tormenta, la potente luz le indicaba el camino adecuado para
superar los escollos.
El
viento soplo con más fuerza inundándolo todo con un profundo olor a agua salada.
Oscuros nubarrones fueron cubriendo el cielo a la vez que el sol se batía en
retirada por el horizonte. Esa noche no habría luna. A lo lejos, las velas del
barco se aproximaban; el capitán, consciente de la tormenta que se avecinaba,
había virado hacia tierra para ponerse a buen recaudo. Llegaría a la costa de
noche cerrada. Steven giró sobre sus talones y caminó hacia el edificio que
habitaba.
Al
llegar a la puerta comenzaban a caer las primeras gotas. Azotaron su rostro con
fuerza, como tantas veces habían hecho cuando surcaba los siete mares a bordo
de una de las embarcaciones piratas más temidas y luchaba contra los envites de
las olas en altamar. Atrancó la puerta tras cruzarla y ascendió por la larga y
estrecha escalera de caracol que le llevaría a la sala acristalada en la que se
encontraba la enorme linterna.
Nunca
se dedicó a la piratería por necesidad, disfrutaba siendo así. La vida en el
mar, peleas y escaramuzas en sus incursiones en tierra, saquear y matar sin
piedad a personas, a veces inocentes, con el miedo del que sabía que no podría
escapar a la parca reflejado en la cara. Pero los años no pasaban en balde y
llegó un momento en el que se comenzó a preocupar en exceso por su vida durante
cada reyerta: era el momento de cambiar.
Llegó
a un acuerdo con el gobernador inglés para conseguir su inmunidad y un trabajo
como farero a cambio de entregar su navío con la tripulación incluida. No lo
dudó. Jamás tuvo remordimientos, pero no podía evitar añorar los días en que
era realmente libre.
Al
llegar a lo alto del faro se sentó a mirar a través de los cristales. La
oscuridad cubría el océano en el que tan solo se apreciaban las briznas de
espuma que algún relámpago esporádico hacía visibles. El barco se acercaba a la
costa zarandeado por los envites de enormes olas haciendo cada vez más difícil
mantener el rumbo adecuado.
Estos
eran los pocos momentos que hacían que la vida en ese rincón del mundo
mereciese la pena. No pensaba encender el faro hasta que fuera imposible la vuelta
atrás. La tripulación vería la luz justo en el momento de estrellarse contra
las rocas.
Imaginó
la cara de terror de los navegantes y una cruel sonrisa se dibujó en su rostro.
La maldad se lleva en las venas. El ex pirata sigue siendo lo que era aunque haya cubierto su naturaleza de lobo cazador con piel de oveja.
ResponderEliminarSolo espero que algún día esa argucia se descubra y reciba su merecido.
Un abrazo.
Aunque a veces dude, soy de los que piensa que el tiempo pone a cada uno en su sitio!!!
EliminarUn abrazo
Sigo el hilo del comentario de Josep Maria, también lo creo, el que es malo, lo es. No importa las oportunidades que tenga para cambiar o reconducirse, su esencia y base seguirá siendo esa.
ResponderEliminarMuy buen relato, David.
Un beso.
Monstruos vestidos de humanos. Demasiados en tiempos pasados y demasiados en la sociedad acutal.
EliminarUn beso
Menudo "negocio" hizo el gobernador,... jajaja. Fuera bromas,... la maldad latente reaparece de cuando en vez!
ResponderEliminarSupongo que no contaba con eso y que un accidente de ese tipo en creible de cuando en vez!
EliminarEs triste pensar que la maldad siempre está ahí, esperando para aparecer de nuevo.
ResponderEliminarEspero como dicen los compañeros que reciba su merecido.
Besos
El tiempo pone a cada uno en su sitio, pero además de malo, parece listo el jodido.
EliminarPetonets!!!