martes, 9 de octubre de 2018

LA ELEGIDA



     Creo que te he estado buscando desde que tengo uso de razón y, a pesar de equivocarme una y otra vez, no pienso rendirme. Eres mi destino y tarde o temprano te encontraré.








     Últimamente tengo la sensación de que no te tengo tan cerca, pero no por eso bajo la guardia, aunque cuando estoy lejos de casa y me parece reconocerte, una ilusión especial ilumina mi cara. Siempre creí que en cuanto te viese sabría que eras tú, pero con el paso de los años las decepciones han ido minando mi moral. Te necesito. Me resulta imposible soñar con esa casita en las montañas o en conducir un descapotable por las carreteras de la Toscana sin haberte sentido junto a mí antes.









     Sé que la providencia te pondrá en mi camino, solo es cuestión de tiempo, y cuando llegues estaré preparado para sujetarte dulcemente con una sonrisa bobalicona en mi cara de corderito degollado.






Puede que sea complicado, que seas una entre mil millones, pero cada semana estoy más convencido de que, esta vez sí, la chica de la administración ha acertado con la combinación ganadora. Siento que por fin descansas en mi  cartera, doblada junto a mi abono de transporte.

14 comentarios:

  1. Creo que en la cartera descansará poquito tiempo, :)
    Que no lo gaste muy deprisa.
    Buen relato, David, uno no espera su final.
    Un beso.

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  2. ¡Me pillaste! Je, je, je... Esa "mujer" es mi amor platónico y cada día pienso en ella pero no hay manera. Estupendo relato, David. Un abrazo!

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    1. No te rindas David!! Está ahí fuera esperando que la encontremos.
      Gracias por la visita.
      Un abrazo

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  3. Somos muchos, amigo, los que deseamos tenerla, de ahí que sea tan escurridiza, jeje.
    Algo me temía durante la lectura de los primeros párrafos, pero no di con su identidad hasta el final.
    Un abrazo.

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  4. Jajaja muchos la desean, hombres y mujeres. Muy bien llevado porque hasta el final no se desvela la deseada.
    Besos

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  5. Hola, David.
    Curioso e inesperado final.
    Sin ánimo de desanimar a nadie, diré que mi padre marchó a los casi 94 años sin haber alcanzado ese "amor platónico", pese a que siempre mantuvo la esperanza. Jeje.
    Ya nos dirás si esta vez la chica de la administración acertó con la combinación y lo celebramos con unas copas virtuales.
    Un abrazo.

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    1. Sí, es complicado, muy complicado... La semana pasada tampoco la encontré, a ver esta!
      Un abrazo

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  6. Jajaja no imaginé ese final. Muy bien narrado.
    Un abrazo

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    1. Gracias Mirna! Me parece que tengo bastante competencia para encontrarla pero no pienso rendirme...
      Un abrazo

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