Creo
que te he estado buscando desde que tengo uso de razón y, a pesar de
equivocarme una y otra vez, no pienso rendirme. Eres mi destino y tarde o
temprano te encontraré.
Últimamente
tengo la sensación de que no te tengo tan cerca, pero no por eso bajo la
guardia, aunque cuando estoy lejos de casa y me parece reconocerte, una ilusión
especial ilumina mi cara. Siempre creí que en cuanto te viese sabría que eras tú,
pero con el paso de los años las decepciones han ido minando mi moral. Te
necesito. Me resulta imposible soñar con esa casita en las montañas o en
conducir un descapotable por las carreteras de la Toscana sin haberte sentido
junto a mí antes.
Sé
que la providencia te pondrá en mi camino, solo es cuestión de tiempo, y cuando
llegues estaré preparado para sujetarte dulcemente con una sonrisa bobalicona
en mi cara de corderito degollado.
Puede que
sea complicado, que seas una entre mil millones, pero cada semana estoy más
convencido de que, esta vez sí, la chica de la administración ha acertado con
la combinación ganadora. Siento que por fin descansas en mi cartera, doblada junto a mi abono de
transporte.
Creo que en la cartera descansará poquito tiempo, :)
ResponderEliminarQue no lo gaste muy deprisa.
Buen relato, David, uno no espera su final.
Un beso.
No hubo suerte, sigo buscando :(
EliminarUn beso.
¡Me pillaste! Je, je, je... Esa "mujer" es mi amor platónico y cada día pienso en ella pero no hay manera. Estupendo relato, David. Un abrazo!
ResponderEliminarNo te rindas David!! Está ahí fuera esperando que la encontremos.
EliminarGracias por la visita.
Un abrazo
Somos muchos, amigo, los que deseamos tenerla, de ahí que sea tan escurridiza, jeje.
ResponderEliminarAlgo me temía durante la lectura de los primeros párrafos, pero no di con su identidad hasta el final.
Un abrazo.
Sí, la verdad es que tiene algo especial...
EliminarUn abrazo.
Jajaja muchos la desean, hombres y mujeres. Muy bien llevado porque hasta el final no se desvela la deseada.
ResponderEliminarBesos
Si es que con ella casi todo es posible!!!
EliminarBesos.
Hola, David.
ResponderEliminarCurioso e inesperado final.
Sin ánimo de desanimar a nadie, diré que mi padre marchó a los casi 94 años sin haber alcanzado ese "amor platónico", pese a que siempre mantuvo la esperanza. Jeje.
Ya nos dirás si esta vez la chica de la administración acertó con la combinación y lo celebramos con unas copas virtuales.
Un abrazo.
Sí, es complicado, muy complicado... La semana pasada tampoco la encontré, a ver esta!
EliminarUn abrazo
Jajaja no imaginé ese final. Muy bien narrado.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mirna! Me parece que tengo bastante competencia para encontrarla pero no pienso rendirme...
EliminarUn abrazo
Excelente relato. Final impecable.
ResponderEliminarGracias Beba!!! Un placer volver a verte por aquí.
EliminarUn abrazo