Enciendo un cigarrillo y le doy un
par de largas caladas tras detener el motor. Suena “The Police”. Me encanta esa
canción. No sé qué tiene, pero desde la primera vez que te vi me imagino
bailando contigo mientras suena. El
reloj marca las 22.45 así que, si sigues con tus rutinas, no tardarás en subir.
Se extingue la única luz que había encendida en la planta baja y al momento tu
cuarto se ilumina.
Estás
ahí, apenas a veinte metros de donde me encuentro. Me pregunto una y otra vez
por qué no me atrevo a decirte nada, por qué no reúno el valor suficiente para
plantarme ante ti y decirte: “Hola, estoy aquí. Quiero hacerte feliz durante
toda tu vida.” Pero dudo que alguna vez sea capaz de hacerlo.
Puedo
apreciar tu silueta tras la cortina. Hoy el sueño te atrapará antes, los martes
y los jueves haces pilates y el cansancio te impide leer antes de dormir como
sueles hacer el resto de días. Estabas preciosa cuando me crucé contigo en el
gimnasio, con la licra marcando tus curvas y sonrojada por el esfuerzo del trabajo bien hecho. Apenas te he mirado un momento. Ahora me imagino a tu
lado, comentando como te ha ido el día y acariciando la cabeza que reposa sobre
mi hombro mientras nos quedamos dormidos.
Sigue
sonando la misma canción cuando apagas la luz. Tengo la impresión de que te
acercas a la ventana amparada en la oscuridad, como si quisieras despedirte de
mí. Me parece ver tu dulce mirada tras el cristal a pesar de que sé que ya debes
estar en la cama.
-¡Que descanses mi amor! – arranco,
enciendo las luces y me pierdo en la noche.
*********
Temblando
tras la cortina observo como ese coche desconocido que había aparcado frente a
mi casa se aleja, como cada noche, al apagar la luz de mi dormitorio…
Un personaje de lo más siniestro, David. Como a la protagonista, se me ha cortado el cuerpo.
ResponderEliminarUn saludo.
Según lo veas! Lo que para el protagonista puede ser simplemente un amor imposible, para otra persona puede ser una obsesión siniestra. De un modo u otro, a mí no me gustaría estar en la piel de la chica.
EliminarUn abrazo.
Precioso relato, David. A mí también me gusta mucho esa canción y acompaña de maravilla. Un relato sencillo, al que no sé dónde le encuentra Bruno nada siniestro, aunque me imagino que eso es lo maravilloso de las narraciones, las distintas cosas que transmiten a cada uno. A mí me ha transmitido ternura.
ResponderEliminarUn beso.
Pues no era mi intención! O al menos no del todo... Pero la verdad es que, como tú dices, lo divertido es que cada cual puede ver las historias de manera diferente.
EliminarGracias por la visita!!!