Antes
de abrir la puerta respiré profundamente y recordé sus últimas palabras.
-¿Qué te vas? Por mí como si te
pudres en la puta calle, pero no tardarás ni una semana en volver suplicando
que te perdone. Tu vida es una mierda. Sin mí no eres nadie, no eres nada, solo
otra zorra que no tiene derecho ni a consumir el aire que respira. Recuérdalo.
En menos de siete días estarás ante esa puerta implorando volver a mi lado, a
tu lugar, ocupándote de que tu hombre, yo, sea feliz y cuidando de que todo sea
de mi agrado. Porque al fin y al cabo, es para lo único que sirves.
Habían
pasado seis días y me encontraba ante la misma puerta. Me lo imaginé al otro
lado, con la casa hecha una pocilga y apestando a cerveza. La sonrisa de
autosuficiencia que se debía dibujar en su rostro al escuchar la llave en la
cerradura, me hizo comprender que parte de aquel discurso era cierto.
Mi
vida era una mierda.
Dejé
las llaves colgando y giré en busca de mi nueva vida mientras la sonrisa
cambiaba de cara con el repicar de mis tacones alejándose de aquel infierno.
Una puerta que se cierra porque lo que hay dentro no vale la pena vivirlo o revivirlo.Seguro que se abrirán otras más propicias, o al menos, más serenas.
ResponderEliminar¡Hola David!, me ha gustado tu aporte por lo gráfico y no digo telegráfico.
Que disfrutes lo que queda de agosto compañero.
Cualquier otra puerta mejora lo que hay al otro lado.
EliminarGracias por la visita Tara, espero que tu también disfrutes lo que queda de verano.
Un abrazo
Una historia genial, David, aunque me temo que en la realidad no se dé muchas veces. Una mujer que después de oír todas esas barbaridades vuelve a casa no es capaz de salir pitando al darse cuenta de lo que está a punto de hacer. Ojalá fuera así. De momento tu relato es un canto a la esperanza.
ResponderEliminarUn beso.
La realidad en muchos casos es diferente, pero cada vez más gente abre los ojos. Espero que esta historia algún día sea solo ficción.
EliminarUn beso.
Hola David, dejar las llaves colgando ya es un acto de valentía por parte de esa protagonista. Me gustó ese momento del pasado con el presente "vida nueva, puerta nueva". Un abrazo compañero
ResponderEliminarUn paso importante. Difícil, pero importante y necesario.
EliminarUn abrazo.
Muy buen micro, David. Gran portazo.
ResponderEliminarNecesario! Un abrazo Marta
EliminarUna puerta que deja tras de sí una vida de la que escapar, de la que seguramente debió haber escapado antes. Nunca es tarde si la dicha es buena, como dice el refrán. Un saludo, David.
ResponderEliminarEn este caso marchó a tiempo. Se me hace difícil pensar como se puede llegar a esa situación...
EliminarUn abrazo Jorge.
Hola, David. Buen relato. Nunca segundas partes fueron buenas cuando no se cambian situaciones...
ResponderEliminarY en situaciones como esas se dan demasiadas segundas y terceras oportunidades!
EliminarUn abrazo Beba!
Una puerta de debía ser abierta! Excelente micro David!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mirna!!!
EliminarSalir es lo mejor que pudo hacer esa mujer. Buen micro. Un abrazo.
ResponderEliminarTarde, pero con toda la vida por delante. Un abrazo
EliminarA veces hay que tener mucho valor para abrir una puerta. Otras tantas para no hacerlo. Me alegro de que tu protagonista optara por la mejor opción para ella :)
ResponderEliminar¡Un saludo, David!
Siempre hay que intentar hacerlo, aunque a veces no sea fácil...
EliminarUn abrazo
Deja las puertas del infierno, mejor llamar a las puertas del cielo como cantaba Bob Dylan.
ResponderEliminar¡Buen relato, saludos!
Borgo.
Me encanta la versión de Guns and roses!!!!
Eliminar¡Bien por nuestra protagonista! Hay que tener mucho valor para cruzar ciertas puertas
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Y para no cruzarlas!! Un abrazo
EliminarMe encanto David, tu protagonista al fin recobró la dignidad, seguro que en otra puerta su presencia será valorada.
ResponderEliminarSaluditos.
Gracias Yessikan!!! Siempre hay otras puertas, o ventanas!
EliminarUn abrazo
En este mundo lo que sobran son puertas,... y muchas de ellas son fantásticas. Me gustan los micros con final feliz!
ResponderEliminarA mi me gustan los finales felices, en general!!!
EliminarUn abrazo
Hola, David.
ResponderEliminarMuy valiente ha sido al abrir esa puerta, y qué difícil debió ser para la protagonista tomar esa decisión. Así que me ha encantado y alegrado ese final en el que se respira libertad.
Un beso.
Un paso adelante. El miedo ni guardado, como mucho encerrado tras puertas sin cerradura.
EliminarUn beso