Dicen que el nombre que nos ponen al nacer marca el resto de nuestra vida. La vida de Jacinto es un claro ejemplo.
En primaria solía ir detrás de Margarita, una niña rubia y risueña que le hacía caso según soplase el viento, pero todo comenzó a tomar forma en su adolescencia, durante unas vacaciones estivales en el pueblo de sus padres. Su prima Hortensia le empujó al interior de un granero cuando volvían de la feria. Hortensia era tres años mayor que él y rezumaba sensualidad adolescente. Sus curvas hicieron que olvidará su parentesco y el mundo exterior y disfrutara del cuerpo de una mujer por primera vez en su vida.
Violeta fue su primera novia. La conoció en el instituto y, al contrario que Hortensia, era pequeña y delicada. Lo iluminaba todo con su fresca sonrisa, pero le faltaba intensidad, la intensidad que encontró en Rosa. Rosa fue una relación a espaldas de Violeta. Nunca le pidió que la dejara, al contrario, marcó distancias desde el principio, pero cuando se dejaban llevar terminaba con el cuerpo impregnado en su aroma y la marca de sus “puas” decorándole la espalda.
Con Azucena logró la estabilidad que necesitaba, una mezcla entre Violeta y Hortensia que consiguió llevarle al altar y cinco años después, ya le había hecho padre de dos preciosos hijos.
Parecía que por fin había encontrado la flor que tanto había buscado, pero la vida de Jacinto cambió por completo una tarde de Abril, cuando conoció a Narciso.
Genial tu relato. Tantas flores femeninas para dar ese giro final con una masculina y dejando abierto lo que pueda pasar a continuación. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola, David! ¡Qué buen micro! Genial planteamiento y ejecución que nos saca una sonrisa bien grande. Me encantó esta nueva historia que le diste a este título mítico. Un abrazo
ResponderEliminarLas flores siempre presentes en la vida amorosa de Jacinto. Muy buen final. Gran película la que te ha inspirado. Felicidades. Saludos.
ResponderEliminarJa, ja, ja! Tanto anduvo de picaflor que lo picaron a él. Me encantó tu relato, me ha hecho reír.
ResponderEliminarUn abrazo
Un hilarante micro brillante!! Un jardín pleno de amor, intensidad y traiciones como la vida misma!! Magnifica la analogía. Un cordial saludo.
ResponderEliminarGenial, David. Ingeniosísimo y muy divertido. Felicidades.
ResponderEliminarHola, David. Jacinto más que una agenda de contactos la lista de una floristería. Como un abejorro fue de flor en flor hasta que encontró un jardín de su mismo género. Pero la verdad, es que eso tampoco le iba del todo, un picaflor lo es sí o sí. Al final ya medio marchito pasaba las tardes bebiéndose hasta el agua de los floreros en un bar que era como su segunda casa. La dueña de ese establecimiento fue su salvación, pues tenia algo de cada una de sus anteriores relaciones; así que sin destacar en nada era quien mejor se adaptaba a tan inquieto corazón, tal vez por ello la buena señora se llamara Doña Flora o Flor a secas.
ResponderEliminarOcurrente y divertido tu micro me ha parecido. Y ya has visto que de aroma inspirador 🌺😁🖐🏼
Muy buen relato pero me quedé con el "gusto a poco" ¿Qué habrá pasado después?...
ResponderEliminarHola, David. Sorprendente final , yo esperaba que ibas a terminarlo con el nombre de los hijos y el giro fue muy bueno. Divertido texto. Un saludo.
ResponderEliminarTengo claro a partir de ahora que todo capullo encuentra a su flor, a pesar de que en el camino se pueda cruzar un cardo borriquero.
ResponderEliminarUn relato simpático y florido, de final feliz ¿Quién de los dos llevará el ramo de flores si deciden casarse?
ResponderEliminarSaludos, David.
Hola, David. ¡Pues sí que marcan los nombres a nuestro protagonista! La vida sentimental de Jacinto es toda una montaña rusa.
ResponderEliminarMe ha gustado un montón tu relato, como todo lo que haces.
Un abrazo enorme.
Hola David, menudo rollo el de Jacinto, una vida plagada de flores y aromas exquisitos y pensar que nunca se conformó y quiso probar otros jardines, ja, ja.
ResponderEliminarNo se si fue a tí, pero creo haber leído algo parecido en cuanto a los nombres de las flores que persiguen al así nombrado.
Mucho ingenio y muy bueno el giro final, pues se dice que el hombre que anda de mujer en mujer y no le llega a satisfacer ninguna plenamente, termina encontrando al amor en otro hombre, al menos en Jacinto asi se cumplio.
Tremendo el micro que para nada tiene que ver con esa famosa película, que de por sí la encuentro impactantemente fea o repugnante en muchas de sus escenas, pero no deja de ser un peliculón.
Feliz semana.
Hola, David. El título invitaba y tú, de una forma muy creativa y risueña, nos has desarrollado la vida sentimental del protagonista. Buen micro, el giro final muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me parece que Romero podria ser un buen amigo del protagonista, y vaya que encontramos mas nombres femeninos que masculinos, el relato es pues de una originalidad unica
ResponderEliminarBuenísimo y original, por supuesto el final descoloca. Me has pintado una sonrisa en los labios con tu arte. Saludos.
ResponderEliminarSencillamente fantástico, David. Tu relato es un maravilloso paseo por un jardín florido, sin duda. El final es genial. Me ha encantado.
ResponderEliminarSolo le faltaría a este hombre que sus hijos de mayores llegaran a ser unos capullos. Un micro la mar de completo. ¡Si señor!
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola David, pero qué jardín has improvisado en nombre de las flores más perfumadas y hermosas jeje. No se me ocurren que flor saldría del cruce polínico entre el jacinto y el narcizo. Una flor caprichosa seguro. Un abrazote
ResponderEliminarHola David, ah bueno Jacinto anduvo de flor en flor, y hasta de floro ;). Muy bueno y original tu relato. ¡Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarHola, David. Un relato muy ingenioso y divertido. A la tercera novieta ya me estaban pareciendo demasiados nombres para un relato corto, pero para la cuarta he caído que iba de juego de flores desde Jacinto. Hasta la explosión final. Me ha gustado un montón. Un abrazo.
ResponderEliminarSe me olvidaba. La peli de la que toma título, como no, también una flor. Por cierto, una de las películas que más me ha gustado o de las que guardo buen recuerdo.
ResponderEliminarHola David, un poblado jardín que florece en manos de tu original relato, y por supuesto alcanza su esplendor, en ese final sorprendente y magistral. enhorabuena por este fantástico micro. Saludos, un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, David! Desde luego no se puede decir que el pobre Jacinto no fuese de flor en flor, ja, ja! Me ha parecido muy curiosa tu propuesta; muy divertida! ¡Felicidades! Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
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