sábado, 3 de junio de 2017

Espero que fuera haya parado de llover




-No entiendo cómo puedes salir así vestida a la calle. Siento vergüenza solo de verte…

Su voz retumba en un vagón de metro medio vacío. Apenas supera la veintena pero una chica algo menor que él agacha la cabeza a su lado. Han subido hace dos estaciones y desde entonces el tono del monólogo se ha vuelto cada vez más agresivo. Critica su forma de vestir, su forma de maquillarse. Le reprocha lo simpática que es con sus compañeros de instituto. Ella no se atreve a mirarle. Agacha la cabeza mojada por la lluvia y su labio inferior comienza a temblar descontroladamente mientras un rio de lágrimas mancha de negro sus mejillas.

Alguien tiene que parar esto.

Miro a mi alrededor donde un chico trastea el móvil mientras otro tiene la mirada perdida en la oscuridad del túnel que hay al otro lado de la ventana. Una mujer que lee un libro y un hombre de mediana edad ojeando la prensa deportiva parecen no escuchar nada. A mi lado, una adolescente sube el volumen de la canción que suena en sus auriculares.

Anuncian mi estación y bajo abotonándome la chaqueta. Espero que fuera haya parado de llover.

6 comentarios:

  1. Una cobardía de la que ninguno de nosotros estamos a salvo.
    Qué triste realidad, David.

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    1. Cierto Bruno. Siempre es más fácil mirar para otro lado.

      Un saludo.

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  2. Qué sociedad más hipócrita y egoísta.
    Mirar hacia otro lado cuando hay una injusticia tan cercana.

    Hace poco vi un experimento social, en un ascensor una chica estaba siendo acorralada y amenazada por su pareja, nadie dijo ni hizo nada. Sólo una persona y eso me deja una sensación de impotencia, que no logro siquiera medir lo que siento. Tristeza, mucha.

    Micro con conciencia.
    Un abrazo.

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  3. Aquí se pueden conjugar muchas visiones, primero preguntarnos porque elle lo permite, y a veces no es indiferencia, sino impotencia, también se dan casos donde la ayuda es mal recibida y quedas desconcertado pensando para que me metí...en fin

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    1. Es un tema delicado, pero sí que es verdad que tendemos a mirar hacia otro lado y dudo que el silencio sea la solución (aunque si me encuentro en la situación del narrador no se como actuaría)

      Un abrazo!

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