-¿Te pasa algo?
Jelena le miraba dulcemente mientras
acariciaba su pecho. Llevaban dos horas en la cama, y todavía desnudos, se
encontraban recuperando el aliento tras los envites de la pasión. Al final, la
cerveza que se iba a tomar se había convertido en tres, lo justo para ayudarle
a decidirse, así que había dejado a Marta retocando su crónica (aunque según
ella no había mucho que corregir) y había puesto rumbo al Águila Negra. Notaba
que la pierna le pinchaba, y sabía que al día siguiente el dolor iba a aumentar
de forma considerable.
-Estás tenso, ¿quieres que te haga un
masajito?
-De tenso nada. No creo que se pueda
estar más relajado –las palabras le salieron como un suspiro mientras ella
comenzaba a recorrer su pecho dando suaves besitos aquí y allá- Lo que pasa es
que el fin de semana ha sido duro –una caricia de su lengua por debajo del
ombligo le provocó un escalofrío en la espalda- y estoy bastante cansado.
Al terminar la frase, la ucraniana
rozaba con la boca una incipiente erección provocada por el jugueteo de sus
labios sobre el cuerpo del catorce.
-Sí que se puede estar más relajado,
déjame hacer….
Aunque no volvió a oírla hablar durante
un rato, no tuvo otro remedio que reconocer que la rubia tenía razón.
El trabajo de David le sorprendió: no
sabía si había sido fiel a lo que había sucedido en el campo, pero para
tratarse de un ciudadano de a pie, el modo de expresarse era bastante correcto.
Una crónica bien detallada en la que resaltaba la entrega del equipo visitante
dejando claro que desde el principio el rival demostró ser superior. El
tabloide había cogido forma y Marta se sentía satisfecha del trabajo realizado.
Ya eran más de las doce cuando terminó de imprimir la décima copia.
-Para la primera edición, más que
suficiente –se auto-convenció- Mañana se la enseñaré a los propietarios del
resto de bares. Supongo que todos querrán una copia…
Quería actualizar la página web del
club, pero se le estaba haciendo demasiado tarde. Ya había colgado el marcador,
las alineaciones y los goleadores, por la mañana tendría tiempo para subir la
crónica. Ahora era el momento de tomarse su infusión e intentar dormir, aunque
se encontraba en un estado semieufórico que no le iba a poner nada fácil lo de
conciliar el sueño.
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